Un decantador de vino es un utensilio utilizado para verter y servir el vino de manera elegante y eficiente – una herramienta utilizada en el mundo del vino para mejorar la experiencia de degustación.
Su función principal es separar el líquido del sedimento que puede haberse acumulado en el vino con el tiempo, especialmente en vinos tintos más añejos. Este sedimento está compuesto principalmente por partículas sólidas y puede afectar tanto la claridad del vino como su sabor si no se maneja adecuadamente.
Cómo es el proceso del decantador de vino
El proceso de decantación implica verter cuidadosamente el vino de la botella original al decantador, dejando el sedimento en la botella. Para lograr esto, la botella de vino se coloca en posición vertical durante unas horas antes de abrirla. Luego, se abre la botella con cuidado y se vierte lentamente el vino en el decantador, evitando agitar la botella para no mezclar el sedimento.
Los decantadores suelen tener un diseño que permite que el vino se airee y oxigene, lo que puede mejorar sus aromas y sabores al liberar compuestos volátiles. Además, al verter el vino en un decantador, también se logra una presentación más elegante al servirlo en copas.
Paso a paso para decantar el vino:
- Deje la botella en posición vertical durante aproximadamente 12 horas;
- Evite acostar la botella o agitarla durante este período;
- Retire la cápsula que cubre el cuello de la botella para facilitar la observación del movimiento de los sedimentos;
- Con cuidado y lentamente, vierta el vino en el decantador;
- Cuando la botella esté en un ángulo de aproximadamente 45º, verá que casi todo el vino ha sido trasladado al decantador;
- Este último líquido de la botella debe ir a una copa. Aquí es donde se encontrará el sedimento, en caso de que exista;
- Muchos profesionales utilizan una vela o una fuente de luz junto a la botella al momento de transferir al decantador, como una forma de observar mejor el sedimento;
- Deje reposar el vino durante aproximadamente una hora. Los vinos más antiguos y estructurados pueden requerir un poco más de tiempo de reposo;
- Sirva inmediatamente.
Cuando no decantar el vino
Además de saber cuándo es importante decantar el vino, es fundamental entender cuándo no se debe someter la etiqueta a este proceso. Los vinos muy jóvenes, de entrada, con poca complejidad o con poco color no necesitan ser decantados. La acción podría hacer que pierdan sus aromas.
En el caso de vinos muy antiguos, con décadas de guarda, se debe tener mucho cuidado con la decantación.
El decantador debe tener un cuello corto y el vertido del líquido debe ser lento y delicado. De lo contrario, el vino podría perder todas sus características. En ocasiones, es recomendable servir inmediatamente en la copa para evitar que el vino sufra este impacto.
Al disfrutar de vinos blancos y espumosos, la decantación tampoco es ideal. Esto se debe a que raramente estas etiquetas contienen sedimentos que necesiten pasar por el proceso para incorporarse a la bebida. En el caso de los espumantes, decantar incluso puede hacer que la bebida pierda su efervescencia.