Los vinos son bebidas muy sensibles con necesidades específicas de almacenamiento. ¿Pero el vino se congela? ¡Échale un vistazo ahora!
Probablemente hayas pasado por una situación como esta: vas a recibir visitas o hay una celebración de última hora y necesitas enfriar tus bebidas lo antes posible. Llegados a este punto, el instinto suele llevarnos a meter el vino en el congelador, ¿no es así?
¿El vino se congela?
¡La respuesta es sí!
El vino está compuesto por agua, alcohol y otras sustancias como minerales y azúcar. Mientras el agua comienza a congelarse a 0º C, el alcohol necesita estar a -114º C para entrar en su fase sólida.
En el caso de los vinos, que tienen estos dos componentes, la temperatura de congelación se sitúa en torno a los -6º C, que puede variar en función del grado alcohólico, cuanto más alcohol, menor es la temperatura de solidificación.
Ahora que sabes que el vino se puede congelar, echa un vistazo a los consejos para mantener todas las características de la bebida y nunca dejar que la bebida se vuelva a congelar. ¡Verificar!
Control de la temperatura
Los vinos son bebidas muy sensibles y, por lo tanto, deben almacenarse en ambientes bien controlados para preservar las características de cada etiqueta y garantizar una degustación deliciosa.
Lo ideal es almacenar el vino en ambientes con una temperatura media entre 14º C a 17º C y evitar grandes variaciones de temperatura. Entonces, si pones el vino en el congelador, donde la temperatura será mucho más baja, afectará el sabor de la bebida.
La humedad y el vino no se mezclan
Puede parecer extraño decir que la humedad y el vino no se mezclan, ¡pero es importante saber que esto es absolutamente cierto!
La humedad excesiva crea condiciones para el crecimiento de moho, que puede dañar las etiquetas. Además, la humedad hace que el vino se congele más rápido.
Rotura o fuga
Otro riesgo que nadie quiere correr es dejar que el vino se congele hasta el punto en que gotee o rompa la botella.
Cuando el agua se congela, se expande, lo que en consecuencia aumenta su volumen, lo que ocupa más espacio.
Y como el agua es el componente que mayor volumen tiene en el vino, su expansión genera una presión dentro de la botella que puede romper la copa o expulsar el precinto.
E incluso si no hay roturas o fugas, el aire puede entrar en la botella, ya que la humedad del congelador es menor en relación al nivel de humedad ideal para conservar el tapón de corcho.
Temperaturas ideales para vinos
Como pudimos ver anteriormente, la temperatura no puede pasar desapercibida a la hora de degustar vinos.
La temperatura es muy importante y marcará una gran diferencia en su experiencia. Si un vino está muy frío, entre 9 y 10º C, por ejemplo, será más difícil percibir su aroma. En cambio, si está a una temperatura de 25º C, predominará el alcohol.
Consulte estos consejos de temperatura ideales para cada tipo de vino:
Temperatura para vinos blancos:
- Blancos claros: 7 a 9º C
- Blancos leñosos o añejos: 10 a 12º C
- Blancos de licor: 10 a 12º C
Temperatura para rosados:
- Rosados: 9 a 12 ° C
Temperatura para vinos espumosos:
- Vinos espumosos: 6 a 8 ° C
- Prosecco: 6 ° C
- Champagnes: 9 a 12 ° C
Temperatura para vinos tintos:
- Rojos claros: 12 a 15 ° C
- Tintos jóvenes: 14 a 15 ° C
- Tintos medios: 15 a 16 ° C
Recordando que todas las precauciones indicadas son importantes para conservar todas las características de cada etiqueta y tener una degustación perfecta. Pero si dejas el vino en el congelador por poco tiempo y no hay signos de rotura o fugas, simplemente descongela a temperatura ambiente y consume con normalidad.
Si está preparando una degustación especial, tenemos contenido con varios consejos sobre cómo preparar todos los detalles para un momento increíble, desde la temperatura, los vasos y la elección de las etiquetas. ¡Verificar!
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