Las mujeres están en todas partes y el mundo del vino no podría ser diferente. Consumen, producen, compran y conocen cada vez más esta bebida milenaria, derribando incluso el mito del “vino para mujeres”.
Están presentes desde el inicio de la historia del vino. Las mujeres fueron figuras frecuentes en la mitología griega en Baco, el dios del vino , así como en las leyendas de la cultura persa.
En los últimos tiempos, la escena mundial del vino, que alguna vez fue predominantemente masculina, está cambiando para mejor. Y muchos datos muestran este nuevo escenario.
Números que prueban esta relación de las mujeres y vino
Según la Associação Brasileira de Sommeliers, la participación de mujeres en cursos de formación representa el 50% de los estudiantes. Además, han ido consumiendo cada vez más vinos: mientras el socio apuesta por la cerveza, ellos prefieren una copa de vino.
Al hablar de los beneficios del vino, existen numerosos estudios académicos que demuestran que el consumo de la bebida es bueno para la salud, especialmente para las mujeres.
El vino actúa como agente protector contra varios tipos de cáncer, como el de mama, de ovario y de piel. También ayuda a controlar la hipertensión arterial y la diabetes, previene el Alzheimer y la osteoporosis y reduce los efectos de la menopausia.
Beber vino también es beneficioso durante las relaciones sexuales. Los investigadores afirman que la bebida hace que las mujeres sean más activas sexualmente, especialmente el vino tinto, ya que dilata las arterias e irriga las áreas relacionadas con la actividad sexual.
Según estudios, al consumir un vino buscan emociones inmediatas en cuanto a sabores. En general, su favorito es el vino tinto.
Además, otro estudio muestra que el 78% de las mujeres son las encargadas de comprar las etiquetas que se llevarán a casa.
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Las mujeres del vino
A partir de los años 70, cuando las mujeres empezaron a ocupar puestos destacados en Europa, se popularizó el consumo de vino por parte del sexo femenino. Sin embargo, incluso antes de este período, las mujeres ya estaban haciendo historia en el mundo del vino.
El ejemplo más antiguo es el de Madame Barbe-Nicole Clicquot Ponsardin, conocida como la Primera Dama de Champagne. En 1805, a los 27 años, pierde a su marido y se hace cargo de su negocio, innovando en técnicas de producción y haciendo de Veuve Clicquot una de las marcas de vino espumoso más cotizadas del mundo.
Más recientemente, la argentina Susana Balbo fue la primera mujer en obtener el título de enóloga en el país vecino. Y no se detuvo ahí: fue la encargada de posicionar la uva Malbec como la especialidad argentina en el mercado mundial.
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