Si eres un apasionado del vino, pero todavía no tienes una bodega en casa, probablemente ya te hayas encontrado con la duda: ¿puedo guardar mis botellas en la nevera?
Hay algunas razones por las que no se recomienda guardar el vino en la nevera durante largos períodos de tiempo.
¿Por qué no se debe guardar vino en la nevera?
- La temperatura ideal para almacenar vino varia dependiendo del tipo de vino. La nevera normalmente mantiene una temperatura por debajo de 4°C, que es demasiado frío para la mayoría de los vinos. Almacenar el vino a una temperatura muy baja puede dañar el sabor, la textura y el aroma del vino. En cuanto a los aromas, si el vino está muy frío, tienden a ser más difíciles de percibir.
- La nevera también es un ambiente muy seco. Esto puede secar el tapón de corcho y permitir que el aire entre en la botella, oxidando el vino. Esto puede hacer que el vino tenga un sabor extraño o avinagrado.
- Las vibraciones causadas por el motor del refrigerador también pueden afectar negativamente al vino con el tiempo. Pueden alterar la sedimentación natural del vino, lo que puede alterar su textura y sabor.
- Finalmente, el refrigerador generalmente se usa para almacenar alimentos y otros productos que emiten olores. Estos olores pueden ser absorbidos por el vino y afectar su sabor y aroma.
Para aquellos que necesitarán guardar la botella abierta por un tiempo en la nevera, es interesante guardar ese vino con un Vacu vin, que es un tapón de goma que tiene una bomba de succión para sacar el exceso de oxígeno en la botella. Quien no tiene el equipo, lo indicado es guardar con el tapón, con la botella acostada, no de pie en la puerta de la nevera.
Una vez abierto, con tapa adecuada, el vino tiende a mantenerse bueno para el consumo durante aproximadamente dos días.
En resumen, si planea consumir el vino en un corto período de tiempo, la nevera puede ser una opción aceptable para enfriarlo antes de servirlo. Sin embargo, si planea almacenar el vino durante mucho tiempo, es mejor elegir un lugar fresco, oscuro y libre de vibraciones, como una bodega o un armario fresco.
La temperatura ideal para servir y beber vino
Una de las creencias más difundidas es que el vino debe degustarse a temperatura ambiente. Sin embargo, los estudios que apuntan esa práctica se refieren a locales de temperatura amena a fría, donde 15, 16°C son corrientes.
Temperatura para vinos blancos:
- Blancos ligeros: 7 a 9°C
- Blancos amaderados o envejecidos: 10 a 12°
- Blancos generosos: 10 a 12°C
Temperatura para rosados:
Rosado: 9 a 12°
A los espumosos también les gustan las temperaturas más bajas. Si se sirve caliente, el gas carbónico, responsable de las burbujas, se desprende más rápido.
Temperatura para espumantes:
- Espumantes: 6 a 8°C (un Prosecco se puede degustar a 6°C, mientras que Cavas y Champagnes a 8°C)
- Champagnes Vintage/Miléssimé: 9 a 12°C
Los vinos tintos, por su amplia variedad y complejidad, merecen una atención especial. Al servir un tinto muy helado, puede presentarse duro y desagradable, ya que los taninos se resaltarán junto con la acidez. Por eso, las temperaturas ideales para los vinos tintos son más elevadas que las de los blancos, que contribuyen también a la apreciación de los aromas.
Temperatura para vinos tintos:
- Tintos ligeros: 12 a 15°C
- Tintos sin madera y/o jóvenes: 14 a 15°C
- Tintos medios: 15 a 16°C
- Tintos encorpados y/o envejecidos: 16 a 18°C
- Puerto y fortificados en general: 14°C
Ahora, si quieres más consejos de cómo guardar tus botellas preferidas en casa, para conservar la calidad de cada una de ellas para el momento de la degustación, ¡echa un vistazo a este otro contenido completo disponible aquí en nuestro blog!