Una botella de vino puede convertirse en verdaderos tesoros poéticos cuando se coloca en las manos y en la mente de grandes artistas. La historia del vino tiene una estrecha relación con la historia del arte.
Hay muchos artistas que usaron y aún usan la bebida para traducir su percepción sensorial del mundo a un lenguaje poético.
Ya sea como protagonista, papel secundario o para realzar los significados de un diseño, el vino se utiliza para agregar un tono de poesía en diferentes obras. Cualquiera que diga que sin él no hay inspiración artística se equivoca.
En este artículo vamos a compartir contigo algunas obras en las que el vino y arte traducen el encuentro perfecto entre la perfección estética y el embriagador sabor del arte y el vino.
Vino y pintura: el arte de crear huellas y sensaciones
El vino dio lugar a ideas y pensamientos para la creación de varias obras importantes que componen la historia del arte. Desde la antigüedad clásica, la bebida ha sido retratada por pintores.
Baco, dios del vino, también conocido como Dioniso, sirvió de inspiración para varias obras a lo largo del tiempo. Hemos separado 3 obras de diferentes contextos para que disfrutes del vino y el arte.
- El triunfo de Pan (1636): la obra de Nicolas Poussin, un maestro artista francés que vivió la mayor parte de su vida en Italia, es una representación de una celebración entre ninfas y sátiros frente a una estatua de Pan, una deidad del bosque asociada con Baco.
- En la obra, la celebración se puede interpretar como una bacanal, que contempla la danza, el vino y la sensualidad. La obra forma parte de la colección de “The National Gallery”, que se encuentra en la ciudad de Londres.
- El almuerzo de los navegantes (1880): Pierre-Auguste Renoir, uno de los precursores del impresionismo, llevó el vino a sus obras en diferentes momentos de su vida como artista. En “El almuerzo de los barqueros”, retrata un almuerzo en la Maison Fournaise, ubicada a orillas del Sena.
La obra representa a un grupo de amigos y miembros de la familia Fournaise, que experimentan un momento de relajación alrededor de una mesa desordenada llena de copas y botellas de vino. La pintura es parte de la colección de The Phillips Collection, en Washington.
Viñedos y olivos (1919) ¿Tuvo también la viticultura su lugar representativo en el surrealismo? El artista Joan Miró retrata el paisaje de Tarragona, ubicado cerca de Montroig, región de Cataluña, España.
En este lienzo, el artista representó enredaderas cuidadosamente detalladas en primer plano. Al fondo, olivos y montañas completan el idílico paisaje típico del surrealismo. La obra se exhibe en el Museo Metropolitano de Nueva York.
Vino y arte: los sentidos construidos por el séptimo arte
Dentro del trabajo audiovisual, todo tiene sentido y significado. La información visual puede utilizarse como símbolo, metáfora o recurso narrativo para provocar sensaciones peculiares en el espectador.
En el cine, el vino se puede vincular a la representación del amor, la pasión, la seducción y las conquistas. Algunos directores y guionistas también pueden asociarlo con la soledad o con alguna experiencia única e íntima de cierto personaje.
Son muchas las interpretaciones del lenguaje simbólico formado por la unión entre el vino y el arte.
Descubre 3 películas que, en su estructura narrativa, utilizan la bebida para construir imágenes llenas de ideas y emociones complejas.
- Medianoche en París (2011): la película del director Woody Allen utilizó la bebida para reforzar el aspecto snob de un personaje aburrido. El director no dudó en utilizar el vino para representar sofisticación y refinamiento.
- Esto se puede identificar en la escena donde los personajes disfrutan de una cata de vinos en una terraza del hotel Le Meurice, con vistas a la Torre Eiffel.
- Sideways (2004): esta obra cinematográfica utiliza el vino desde múltiples aspectos estéticos. En él, la bebida se presenta como metáfora, símbolo y recurso narrativo.
Es una verdadera invitación a sumergirse en diferentes contextos de producción y degustación. El personaje Miles critica duramente la uva Merlot y describe su pasión por Pinot Noir.
Si desea profundizar sus conocimientos de viticultura, vale la pena verlo.
Vicky Cristina Bacelona (2008): Woody Allen representa el uso del vino como recurso narrativo que realza el aspecto seductor de uno de los personajes. El director no escatimó en el uso de la bebida, que está presente en prácticamente toda la obra.
Al principio, Cristina, que comienza a intercambiar miradas con Juan Antonio, un artista bohemio, le dice a su amiga Vicky: “No estoy bromeando, solo estoy bebiendo mi vino”.
Vino y literatura: prosa
Juntos, un buen libro y un buen vino pueden brindar experiencias fantásticas. Este es el tipo de armonía que forma más parte del día a día de quienes no pierden la oportunidad de empacar su tiempo de lectura en compañía de una copa.
Mejor aún es cuando podemos construir una relación peculiar entre el vino y el arte sumergiéndonos en obras que utilizan la bebida como elemento estético y narrativo. Echa un vistazo a 3 momentos especiales en los que la literatura menciona la bebida.
- Evangelio según Jesucristo (1991): En la obra, José Saramago menciona haber bebido no menos de 29 veces. El escritor utilizó un conocido episodio bíblico para componer una narración llena de poesía y sensaciones.
- Echa un vistazo a un extracto: El novio, que nunca en su vida había visto esas ollas servir vino y, de paso, sabía demasiado bien que el vino se había agotado, también sabía y parecía alguien que, con modestia apenas fingida, se limita a confirmar el que tenía seguro, la excelente calidad del néctar, por así decirlo una cosecha.
- Lavoura arcaica (1975): el escritor Raduan Nassar utiliza las formas simbólicas del vino para realzar los atributos del carácter y promover un camino poético hacia el entumecimiento. Son muchas las paradojas que beben huellas en la narrativa.
Y después de haber vertido tanto vino en las copas, el anciano cesó repentinamente su falsa borrachera y, asumiendo su anterior sencillez, su rostro repentinamente austero, habló con sobriedad al hambriento con el que había compartido imaginariamente su mesa.
“Por fin, por fuerza de búsqueda por todo el mundo, acabé encontrando a un hombre que tiene un espíritu fuerte, un carácter firme, y que, sobre todo, ha revelado que posee la mayor virtud de la que un hombre es capaz: la paciencia”.
Adjunto (2016): El personaje principal del libro de Ian McEwan es un feto a punto de nacer. En la narrativa, el vino está presente en la consumación del acto sexual que genera al personaje, lo que lo convierte en un experto en la bebida.
La lectura promueve una serie de componentes sensoriales que nos invitan a un contexto de degustación único.
Me gusta compartir un vaso con mi madre. Puede que nunca hayas probado, o hayas olvidado, un buen Borgoña (su favorito) o un buen Sancerre (también su favorito) decantado a través de una placenta sana. Incluso antes de que llegue el vino […] al sonido del corcho al ser quitado, siento en mi rostro como la caricia de una brisa de verano.
Ya se ha notado que, cuando el tema involucra el vino y el arte , no faltan composiciones estéticas y poéticas para los artistas. El lugar privilegiado que ocupa la bebida nos sitúa ante amplios contextos de diferentes sensaciones.