Pocos lugares en el mundo son tan encantadores como la Toscana. La región, situada en el Centro-Norte de Italia y bordeada por el mar Tirreno, reúne algunos de los paisajes más bellos del planeta, con ciudades medievales en lo alto de colinas rodeadas de vegetación.
Caminar por las colinas apretujadas por edificios con más de setecientos años de antigüedad en ciudades como Montalcino y San Gimignano es como retroceder en el tiempo. Y en cualquier momento, desde una plaza o un balcón colgado en las empinadas laderas, se divisan paisajes de suaves colinas, con senderos flaqueados por cipreses, hasta donde alcanza la vista.
En estos viñedos crece la Sangiovese, la uva que da identidad al Chianti y al Brunello di Montalcino, dos de los vinos más apreciados del mundo. Además, la Toscana es extremadamente apta para veganos. Los campesinos de esta región se toman en serio conceptos como la sostenibilidad, la producción ecológica y, en lo que respecta al vino,el veganismo, abandonando el uso de productos animales en la producción.
Algunos productores ya cuentan con certificaciones veganas de organismos europeos, pero la gran mayoría
no. Aun así, muchos de los vinos que allí se producen no tienen contacto con productos animales y pueden
ser consumidos sin problemas por los adeptos a esta folisofía.
Conoce algunas de las mejores bodegas veganas de esta increíble región.
Arte, cultura y vino en Toscana
Cualquier inmersión en la Toscana debe comenzar en Florencia, la capital. Cuna del Renacimiento, alberga algunas de las obras de arte y arquitectura más representativas de la época, como el David de Miguel Ángel-, que se encuentra en la Galería de la Academia de Bellas Artes; El Nacimiento de Venus y otras obras de Botticelli, en Galería de los Uffizi; y la Catedral Santa María de Fiore,el Duomo.
Una ventaja es que todas las principales atracciones de la ciudad atravesada por el río Arno, incluido el famoso Ponte Vecchio, con sus artesanos y joyeros, el recorrido puede realizar caminando.
Para llegar a las principales bodegas, sin embargo, necesitarás un coche. Las agencias de viajes locales ofrecen visitas a las fincas que incluyen alimentos con lo mejor de la cocina toscana, a base de ingredientes frescos rociados con mucho aceite de oliva local, maridados con los mejores vinos veganos de la región.
Vegan Vacation Time ofrece una excursión de un día en la que se visitan tres productores de vino, uno de ellos con almuerzo degustación, todo vegano. Las salidas se realizan de lunes a sábado a las 9.30 desde la Piazza dei Cavalleggeri de Florencia. Cuesta 150 euros por persona.
Chianti Clásico
La región del Chianti, una de las zonas vinícolas más conocidas de Italia, se extiende desde las afueras de Florencia hasta el sur de Siena. La primera zona fue delimitada por el Gran Duque Cosimo MediciIII en 1716. Hoy la región esta clasificada como D.O.C.G. (Denominación de Origen Controlada y Garantizada, por sus siglas en italiano), la más alta del sistema del país.
Para obtener la denominación, los vinos deben contener al menos un 70% de Sangiovese en la mezcla. Otras variedades de uva permitidas son Canaiolo y Corolino, o incluso Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah.
Los vinos más famosos, sin embargo, proceden de una zona más pequeña en el corazón de las colinas del
Chianti, llamada Chianti Classico, otra D.O.C.G. creada en 1996. En esta denominación, la proporción de Sangiovese se eleva al 80%.
Aquí se encuentra la bodega Villa le Corti. Su sede es una villa, construcción típica de la arquitectura renacentista toscana, que fue edificada en 1600 según un diseño del pintor y arquitecto Santi di Tito (1536-1603). Desde el patio interior, de planta cuadrada, se accede a todos los pasillos del edificio, que han permanecido intactos a lo largo de los siglos. Las bodegas, subterráneas, constituyen una atracción aparte: construídas al mismo tiempo que la sede, se extienden a lo largo de tres plantas bajo tierra.
La visita incluye un recorrido por los viñedos, con explicaciones sobre las técnicas de cultivo ecológico, y se extiende por las bodegas del siglo XVIII, para terminar en la bodega. Entre las opciones de degustación, Chianti Classico incluye dos vinos de esta denominación y vino espumoso rosado Principe Corsini (con valor de 28 euros por persona), así como aceite de oliva virgen extra Le Corti.
Otras opciones son Sangiovese 100%, que incluye el vino tinto Zac, el único Sangiovese 100% producido allí (45 euros por persona), y Terroir (28 euros por persona), que añade vinos de otras propiedades del grupo Principe Corsini, como Tenuta Marsiliana. Las visitas deben reservarse en principecorsini.com.
Un poco más al sur, en la zona de Greve in Chianti, Querciabella reúne viñedos con certificación ecologica desde 1988. Y en la década de 2000, el propietario Sebastiano Cossia Castiglioni, vegano y notorio amante de los animales, instituyó la práctica biodinámica exclusivamente vegetal tanto en los viñedos como en la bodega.
A lo largo de los años, Castiglioni se ha asociado con otras empresas veganas y ha patrocinado varias organizaciones beneficas en favor de los animales, como Mercy for Animals y Sea Shepherd. En la actualidad, la bodega se auto denomina ecológica, biodinámica y vegana.
Querciabella produce cuatro vinos tintos toscanos con I.G.T. (Indicación Geográfica Típica), el Batar, el Ca – martina, el Palafreno y el Turpino; dos Chianti Classico D.O.C.G., el Querciabella y el Querciabella Riserva; un Maremma Toscana D.O.C., el Mongrana. Las visitas y degustaciones se realizan previa petición, con un máximo de cuatro personas, y deben reservarse en querciabella.com.
En las colinas cercanas a Siena se encuentra la que quizá sea la segunda subregión más importante de las siete
que contiene el Chianti, el Chianti Colli Senesi. En ella se encuentra la única D.O.C.G. toscana para blancos,
Vernaccia di San Gimignano.
En esa región, en el municipio de Murlo, Fattoria Casabianca cuenta con unas 650 hectáreas de cultivo orgánico, donde se producen nueve vinos, cinco de ellos, con certificacion vegana desde 2014: los tintos Chianti Colli Senesi, con un 80% de Sangiovese y las variedades Merlot, Cabernet Sauvignon, Canaiolo y Colorino completando la mezcla, y Sussingo, que combina Sangiovese y Cabernet Sauvignon; los blancos Vermentino, varietal 100%; Cleo, mezcla de Vermentino y Viognier; y también Rosato, rosado 100% Sangiovese.
La bodega también cuenta con cinto fincas, con sus edificios del siglo XIII restaurados y transformados en posadas. Los precios por persona empiezan en 35 euros (noche), 56 euros (noche y desayuno) y 110 euros (media pensión). Las reservas pueden hacerse en lawebfattoria-casabianca.it.
Montalcino
La clásica ciudadela de Montalcino se asienta en la cima de una colina a unos 30 km al sur de Siena. Es en las laderas de esta colina donde crece el Sangiovese Grosso, un clon de Sangiovese que tiene las bayas más grandes y origina el varietal Brunello di Montalcino, uno de los vinos italianos más apreciados en el mundo.
En esta región, la bodega Canalicchio di Sopra produce tres versiones de Brunello di Montalcino D.O.C.G.: La Casaccia madura durante 26 meses en barricas de roble eslavo de 250 litros, Riserva madura durante 42 meses en barricas de roble eslavo de 250 litros y Brunello di Montalcino Canalicchio di Sopra envejece durante 36 meses en barricas de roble eslavo de 250 litros y 5.000 litros.
El Rosso di Montalcino D.O.C. se cría durante 12 meses en barricas de roble eslavo de 5.000 litros y barricas de roble eslavo de 250 litros y 2500 litros. El Rosso di Montalcino D.O.C. se cria durante 12 meses en baricas de roble francés de 750 litros.
Los vinos no tienen certificación vegana, pero el productor garantiza que no utiliza producto de origen animal. La bodega ofrece un recorrido por los viñedos y la bodega, con tres opciones de degustación.
La Standard incluye dos copas de Rosso di Montalcino D.O.C. y una de Brunello di Montalcino Canalicchio di Sopra D.O.C.G. (25 euros), mientras que la Premium incluye una copa extra de Brunello di Montalcino Canalicchio di Sopra D.O.C.G. (35 euros). La Verticale incluye tres copas de Rosso, dos de Brunello y una de Brunello di Montalcino D.O.C.G. Riserva. La propiedad es también un relais vinícola, que ofrece alojamiento en suites de 44 m2 con balcones con vistas a los viñedos, así como piscina y jacuzzi. Las tarifas diarias empiezan en 250 euros por pareja, con desayuno incluido.
Para una experiencia totalmente vegana, aquí está Agrivilla I Pini, a 1.5 km del centro de San Gimignano. Además de la excelente ubicación, te alojarás en una granja típica toscana completamente restaurada y con vistas a las murallas de la ciudad.
La granja utiliza técnicas de permacultura para los viñedos y el resto de la comida que se sirve en su restaurante vegano, que puede combinarse con el vino tinto Toscovivo Sangiovese I.G.T. y los blancos Stappo Toscana Bianco I.G.T. y Vernaccia di San Gimignano D.O.C.G. El precio del alojamiento es a partir de 700 euros por la pareja durante dos noches. Con estas sugerencias vivirás intensamente toda la belleza de la Toscana, y lo que es mejor: con respeto por la vida animal.